Minucias de lector maniático. La traducción de las Cartas del abate Marchena, aunque llevadera, es discutible en ocasiones, demasiado sería decir desfasada. Así que nos hacemos con la nueva... de 1965. En cuanto a la gran obra del barón, es imposible para la vista la traducción más o menos canónica, por el tamaño de la letra y por el tono. Pero la versión con la que me hago, aparte del peso, tampoco es que sirva para mejorar mucho el asunto. Pero Montesquieu es cima obligada.
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