La expresión "Dios de los espacios infinitos" que le he escuchado hoy al librero cordobés es herejía y no minina. Si el espacio es infinito, entonces la criatura como mínimo es igual a su creador. Si no ocurre, bosonhiggsianamente, que el receptáculo es matriz creadora y el Hacedor una ficción caduca. Extremo que repugna a corazón y lógica, por igual al jansenista que al tridentino.
La gente perora muy graciosamente, sin vislumbrar las severas implicaciones teológicas de sus frivolités verbosas.
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