Suena la música en el tocadiscos, a salvo de quiméricas pantallas, en esta tarde de ceniza y neones cercanos. Eres libre de asomarte a las ventanas, de anotar los vaivenes de la luz o esos pasos lentos de los transeúntes. Aunque toda la verdad del presente se concentra en el niño que pide más plátano sin saber de las horas pasadas y los recuerdos que pesan.
La imagen inmortal cruza los instantes y en la encrucijada estarás tú para notarlo.
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