14 de mayo de 2021

 Quien apura su vino en silencio, intuye las decepciones, lo menesterosas que están de ser calibradas en palabras, con objeto de ganar precisión en el asunto, cuando aquello del óbolo o la puerta. Da igual cielo o agua a la hora de tratar con el contable. Desde hace milenios, griego o judío, el registro aguarda en la conciencia. De dolores pasados no hablamos, guardamos nuestra piedad para tiempos venideros, nosotros, los que cabalgamos dos siglos y tenemos miedo del presente. Eso que confundimos con el frío, o son los efluvios del vino barato, cuando apenas tenemos fuerza para acodarnos en los balcones y mirar las máscaras que pasan.

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