Venga a nos, hic et nunc, lo que escribe G. Fdez. de la M. (se oculta su nombre por prudencia) en sus Memorias (1995):
(...)
Pero es uno persona relativamente informal y sin casa asentada (y al paso que vamos sin patria) y no sabe dónde ha metido el libro. Sirva la sintética mención de lo que refiere secundariamente su biógrafo:
-En Alemania asistió a una conferencia en Darmstadt del antonomásico maestro vigesimosecular, sobre el pensamiento como edificación.
-Leyó Sendas perdidas y Ser y tiempo (experiencia esta que en ninguna de las lenguas habidas y posibles es susceptible de borrarse de la mneme idiosincrásica del quidam de turno).
-Le convence (simpatiza) más Husserl que el existencialismo heideggeriano. No le parece consistente la respuesta de Heidegger a la crisis de la conciencia europea post-IIGM.
-La existencia auténtica es inasumible, un suplicio torturante sin la apertura a la trascendencia del Cristianismo.
(To be continued.)
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