1 de abril de 2018

Hemerotecas

El acusado rechaza nuestra democracia y pretende destruirla. Con violencia y siendo perseverante en sus propósitos. Esto exige una respuesta firme. Literalmente expulsándolo de nuestra democracia. Lo que significa que no le será permitido votar. Lo que significa privarlo del sufragio pasivo y activo. Tomando todo esto en consideración, la peligrosidad de sus actos, las circunstancias y la personalidad del acusado, solo encuentro un castigo adecuado, y es la cadena perpetua. (Cito de S. Navajas, en Libertad digital)

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