Existir es arrojarse al instante, o ser arrojado. Un filo de la navaja entre actividad o pasividad. Residiendo en la ilusión de ser dueño de los actos espontáneos, despojado de ella cuando los actos vienen de otro sitio y no se comprenden... A través de los velos de sueños superpuestos, bien rasgados, quizás alumbre alguna verdad. Pero ya la has olvidado.
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