¡Vano empeño compaginar la vida metropolitana con la campestre y natural! ¡Fatuísima utopía los barrios fabriles absolutamente distantes de los destinados a las viviendas! ¿Y aquellos famosos proyectos, tan admirados, de amplias avenidas, arboladas y protegidas de calores y borrascas, que recorre el obrero en la cotidiana caminata del hogar a la fábrica, deleitado en la contemplación del sereno pasaje? ¿Dónde están las vías de comunicación rápidas, baratas, confortables y saludables desde el hogar al tajo? (Antonio Vallejo-Nágera, "Higienización psíquica de las grandes urbes"; cito de Campo cerrado, el catálogo de la exposición del MNRS en torno al arte y el poder en el primer franquismo, p. 132.)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
12 de junio de 2016
Biopolíticas
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