13 de marzo de 2016

El pobre ciudadano vive atenazado por la pinza formada entre la infraestructura material de la derecha y la superestructura cultural de la izquierda. Piensa por un momento em que aceptaría un gobierno que invirtiera los signos (una economía de izquierdas, una moral de derechas), pero teme que lo acusen de fascista.

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