25 de agosto de 2014

El horror de Tati por el papanatismo de sus contemporáneos, dispuestos siempre a consumir lo que los fabricantes ordenaran, fue satirizado en sus comedias con el talante de quien reclama la independencia del hombre libre con su vieja capacidad para asombrarse de las cosas naturales, para gozarlas: "A cambio de tantos adelantos técnicos hemos perdido la fantasía. Si yo voy, por ejemplo, a visitar a un banquero y le pido dinero para hacer reír, se quedará estupefacto. Han perdido ya la imaginación". (D. Galán, con ocasión de la muerte del realizador francés, en El País, 1982)
En el mismo lugar; subrayado mío:
Por otra parte, Tati fue sensible a las novedades técnicas del cine. RodóPlay Time en setenta milímetros ("corresponde", decía, "a las dimensiones del mundo contemporáneo. No se construyen pequeñas carreteras ni pequeños edificios. Todo lo han invadido las grandes autopistas y los horrorosos bloques de cemento y vidrio. Pero, para mí, ese formato gigante sirve también para rodar a un burócrata haciendo una pajarita de papel") y ensayó en Tráfico (1970) las posibilidades del vídeo.

1 comentario:

andresrubio68 dijo...

Ahora construimos hasta torres de babel, no se si para llenar nuestra vacuidad, y urbanizaciones gigantes en forma de palmera que penetran en el mar. No se cuando tocaremos techo.