6 de agosto de 2014

La simplicidad de una madre, la estolidez de unas leyes

En declaraciones a los medios de comunicación, María del Carmen se mostró «indignada» ante la justicia. «Le echaron a la calle a los dos días y jamás cumplió la orden de alejamiento que le pusieron», lamentó la madre de Mamen, quien aseguró haber visto comprando en un supermercado al «asesino» de su hija pese a estar bajo arresto domiciliario. (Ideal)
El periódico se ve obligado a entrecomillar la indignación de la madre, no sé si comprendiendo, entre comillas, sus palabras, o anexándolas a un movimiento social de hartazgo. Igualmente la madre, lo digo por sí es constitutivo de delito, se atrevió demasiado sospechosamente a establecer una relación tempora entre la libertad del sospechoso, según ley, y el asesinato de su hija. Como dice el buen alcalde de Berja, habrá que pensar que se trata en este caso de las emociones, y no de la imbecilidad de las normas aplicadas.

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