4 de octubre de 2012

Obsolescencia

Ahora que contemplo en una antigualla de televisión, de marca imposible, de formato 4:3 (es decir, no el que correspondería a mi categoría), ahora que veo las imágenes de Star Trek (1979), la película basada en la serie popular de los felices 60, es cuando he comprendido que mi cinefilia, principios del 2000 por fijar el problema en números redondos, no constituía más que una obsesión, ¿diré yo que platónica?, por la pureza de las sombras. Ahora (2012) es cuando siento, por unas razones o por otras (debería escribir sentires) una punzada intolerable en el corazón. Lo que perdí, en mis entrañas lo llevo. ¿Sabré yo estar a las alturas de tantos errores?

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