15 de febrero de 2011

Tuesday

Día extraño, como casi todos. Además: ventarrón, inhóspito, desagradable y frío. Febrero vuelto, en el mal sentido.

Clases. Impresionante. Discusión en torno a la definición de Dios como Ser Perfecto en Descartes. En otra clase: lectura de las páginas que dedica Touchard a Locke en su Historia de las ideas políticas. Una cita, mención más bien, de Leo Strauss (el “hedonismo capitalista” de Locke). Esto en uno de los sitios más antifilosóficos de la tierra, dicho con todo el cariño. De lo cual debo ser en buena parte yo el culpable, puesto que soy el único titular de la plaza en los últimos dos mil quinientos años (dominación musulmana aparte, que ignoro).

Algunas páginas de Rawls sobre Locke (Lecciones… )

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El entendimiento humano es finito, sostiene Mr. D. Por lo tanto no gastes neuronas en debates absurdos.

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Cada mañana miro al que hay en el espejo y me digo o me interrogo, no lo sé muy bien, por qué se es tan tonto, si todo está muy claro… No lo eres, me contesta, aunque no puedo decir que no seas feo, mi rey, añade (en atención a que los espejos deben mentir dentro de un orden y unos límites). No te faltan capacidades, aunque no llegas al grado de otros, tus títulos son bien modestos, has de reconocerlo, continúa el de azogue con su aguijoneo cansino. Has de saber, termina diciéndome, que el error, como bien sostiene tu Mr. D. descansa en la voluntad, y que la tuya se deja llevar demasiado por las pasiones. Entonces es inútil que interrogues al entendimiento. Es tu voluntad la que debe decir no, y entonces verás más claro, si cabe.

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