17 de febrero de 2011

La más alta metafísica que vieron los siglos

El mundo está a punto de caer o levantarse cada segundo que pasa, si no fuera por la continuada acción providente del Hacedor, que lo sostiene. El estado del mundo en un segundo, un chasquido de dedos (¿cansancio del Autor por su trabajo no reconocido?), y... nada, oscuridad, silencio, fin de la algarabía de mil demonios con que los seres se mueven, igual que si fueran chiquillos, colegiales. Yo pienso que el mundo podría sostenerse con que en un sitio perdido, casi en medio de la turbia nada, alguien cometiera la torpeza de ponerse una prenda al revés, con la etiqueta bien visible, y se ruborizara. ¿Me ha pasado a mí esto alguna vez? Quién sabe cuántos días se libra el mundo del riesgo de no existir a causa de la intempestiva alegría que este error, que sólo puede proceder de un espíritu atolondrado, genera en los que contemplan la escena. Un espíritu, a quien nada falta. Completo, puro.

2 comentarios:

Susana dijo...

Qué bonito post.

Martín López dijo...

Gracias, a veces me da por inventarme cosas, o combinar cosasq que he visto.