1 de junio de 2007

Cansado...

... y alegre, convengo (a) en que el pudor no es propio del escritor de diarios, (b) que tampoco hay que darle tanta importancia a un gesto de volver la cara cuando uno dice alguna inconveniencia y la paga con un pequeño ridículo (las gafas que se acen al suelo y, milgrosamente, no se rompen), y convengo, finalmente, (c) en que no se debe imponer una plantilla ideológica a los textos (Temor y temblor): denegando el absoluto (de K., supuestamente teológico), para imponerles la moda absolutista del día, sea la que sea.

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