En algunos días, por ejemplo ayer, se contiene íntegra una historia de esperpento, como mi trayectoria de okupa que se deshizo en dos segundos, deshecho el equívoco.
Podría mentar también el viejo tópico de la progresiva mala educación de la juventud, y su eventual peligrosidad, pero para qué. Más decepcionante es la actitud y palabras de tantos, dispuestos a sumar su grito a los autos de fe proclamados.
En la librería de viejo: uno de Sciascia, Los tíos de Sicilia, y otro del periodista Eduardo de Guzmán, autobiográfico, en torno a los campos de concentración franquistas después de la G. C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario