A Philippe Smeno, monje de la abadía ¿cisterciense? de Amer (Toulouse) le echan en cara sus colegas la imprecisión en las definiciones y una facilidad para hilvanar ideas que no dudan en calificar de satánica por lo capciosa y procaz. Felipe lo lleva con indiferente soslayo, a la espera de que quien sueña traslade lo que va escribiendo, hormigueo abigarrado que llega a hundir el papel, en papeles apaisados a un soporte mecánico más legible. En esto quien sueña es él, que vive en pleno siglo XIII.
No hay comentarios:
Publicar un comentario