Jon Sin Tagma, padre singaporés madre helena, soba el vetusto lugar de la diferencia caracterologica entre los que habitan a este lado y los residentes allí donde arranca el astro su camino. En su opúsculo El afecto y el deber (12 páginas, Burxaina, 1952) refiere que, mientras el occidental piensa en derecho cuando le hablan de los deberes, el oriental recuerda el sacrificio. De ahí que, encorajado por el deseo, el primero conciba la belleza como el reconocimiento que el mundo concede a sus dones pluscuamnatos, mientras que el segundo se enrole en las guerras habidas y futuras. Acopia Jon muestras de su división ética a lo largo de la historia.
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