27 de agosto de 2021

 El intercambio libre de información e ideas, el fluido vital de una sociedad liberal, está cada día más constreñido. Si hemos llegado a esperar eso de la derecha radical, el espíritu censor también se extiende de forma más amplia en nuestra cultura: una intolerancia a las visiones opuestas, una moda de la vergüenza pública y el ostracismo, y la tendencia a disolver complejos asuntos políticos en una certeza moral cegadora. (Una carta sobre la justicia y el debate abierto) 

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