El intercambio libre de información e ideas, el fluido vital de una sociedad liberal, está cada día más constreñido. Si hemos llegado a esperar eso de la derecha radical, el espíritu censor también se extiende de forma más amplia en nuestra cultura: una intolerancia a las visiones opuestas, una moda de la vergüenza pública y el ostracismo, y la tendencia a disolver complejos asuntos políticos en una certeza moral cegadora. (Una carta sobre la justicia y el debate abierto)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
27 de agosto de 2021
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