31 de marzo de 2019

Se trabaja con palabras y acciones. Del pasado, un pasado actuante e hiriente. El presente conduele. Es una manera desvaída del sufrimiento. Una resignación por la pobreza y los errores, las culpas y la irresponsabilidad. Se trabaja. Igual que decir Se vende, como en esos rótulos en los carteles de los balcones de los pisos. Pero, quién querría comprar tu trabajo, esa impúdica confesión de renuncias obligadas. Llueve, ahí fuera, y ya es bastante.

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