Lecciones muy personales de una jornada ni mucho menos conclusa:
-La absoluta decepción por un gobernante que no da la cara, en un día como hoy, por la salvaguardia del régimen constitucional.
-Salvando las distancias, y con todo el respeto, la inacción del rey, en ese mismo orden de cosas.
-Algunos han mostrado la verdadera patita, o cuando menos su cobardía.
-¿No habría sido más razonable aplicar la ley antes? Se hubieran evitado imágenes muy desagradables y dolorosas.
-Volviendo al principio: un ejecutivo muy feble. Difícil para un ciudadano defender la integridad del Estado con estos mimbres gobernantes.
-Que el hacedor nos pille confesados.
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