26 de julio de 2012

Para la intrahistoria intelectual

"Congregantes de María Inmaculada, mezclábamos religión y política con las salidas al cine, o a las revistas del Martín, los viajes al extranjero a estudiar Derecho Comparado, y las pequeñas conspiraciones universitarias. Un día Gregorio llegó al piso donde nos reuníamos cada tarde para estudiar y nos propuso incorporarnos a un proyecto que estaba fraguando Joaquín Ruiz-Giménez. Se trataba de fundar una revista intelectual y política hecha tanto por profesores como por alumnos de la Complutense. Una plataforma para debatir sobre el futuro de España y contribuir a imaginar el posfranquismo. Corría el año 1963 y así nació Cuadernos para el Diálogo, que acabó siendo el principal órgano de oposición a la dictadura de cuantos se publicaban en el interior del país." (J. L. Cebrián, en El país; la imagen, de los ponentes constitucionales, también aparece en el diario.)

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