6 de febrero de 2012

Albricias, hízose the light one more time

Ya está aquí lo que más nesecitábamos: el portal del docente andaluz, implemento impar que hará distinta nuestra condición existencial-docente. Pero la buena nueva nunca viene sin Herodes: conozco a uno que dice que una de las cosas que prometen, el acceso gratuito a las bibliotecas públicas y a sus préstamos ya es gratuito para cualquier hijo de vecino, docente o ignorante. Ítem más, sostiene el malvado que la verdadera razón del invento telemático es la de evitar que el personal tenga que desplazarse desde su puesto de trabajo, desertando ignominiosamente de la tiza (2.0 please) siquiera sea por una mañana, atreviéndose a  ir, por enxienplo, a capitales cercanas  donde el sol de arriba y el azur del mar nuestro inundan de magia los ojos del visitante, sobre todo cuando sube a la fortaleza árabe. Osan estos malnacidos pedir que los que mandan se dejen de ostias  (¿con h?) sin consagrar y nos den una conexión gratuita a internet y un pack integrado de esmárfon, tableta y/o portátil minimalista y chic, aceptando eso sí que el origen de los artilugios venga de la parte alta de la península de Corea, que sabemos muy bien cuál es nuestra condición rastrera y servil y lo lejos que debemos estar de la magistratura de los seres que por naturaleza pueden holgar de artefactos electrónicos de marcas nobles. Yo no sé si al llegar aquí mi amigo gasta venenosa ironía en razón del vino peleón que se da en consumir sin demora.

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