En un cierto sentido que me resulta familiar:
Aquí tengo la sensación de no haber hecho el duelo del viaje. Y esa familiaridad excesiva de las cosas ahora me comienza a resultar extraña. Es a eso, sin suda, a lo que Freud llamaba "das unheimlich", lo siniestro o, mejor, la inquietante extrañeza. Esa extrañeza de lo conocido, pero también esa familiaridad de lo desconocido.
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