19 de octubre de 2011

Horas caustrales, horas felices

Se puede leer incluso a Hegel, con paciencia e ibuprofeno, y hacerte la ilusión de que comprendes al ayudante ideológico del espíritu a caballo (N. B.), pero no soy capaz de entender el currículo por competencias, con todo lo que arrastra. No me opongo por principio, que yo soy bien mandado, sino que realmente no llego a entender ese galimatías; y que me parece que me estuvieran convenciendo de pasar de una religión a otra, siendo yo demasiado viejo a estas alturas para la asunción de dogmas.

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