17 de enero de 2008

De casi cuando..

... empecé la carrera (yo fui un pésimo estudiante) me viene la ilusión de que existen algunos libros de filósofos del sigo XX (yo estudié en su final) que podrían sintetizar el sentido de la actividad filosófica contemporánea; históricamente justificada, además: en un sentido que no debe estar lejos del sentimiento ante la propia obra realizada de un Aristóteles o un Hegel: la obra propia como verdad-superación-síntesis de una tradición. Uno de esos libros era Las palabras y las cosas, de M. Foucault. Otro, Conocimiento e interés, de J. Habermas. Las dificultades de lectura se me aparecen paralelas o complementarias: brillantez y vaciedad detrás del verbo intrincado -fugado semánticamente: imposible leer obligándose a fijar continuamente la referencia de los términos y el uso de la forma discursiva de moda- del pensador francés; descubrimiento de los mismos mares detrás del alemán imposible habermasiano---



No renuncio a acceder a una comprensión medianamente adecuada de estas obras, que no conceden tregua; ni los filósofos, por escasos que seamos, debemos permitírnosla. ¿He dicho ya que yo admiro la grandeza de estos dos libros de los sesenta? ¿No? Pues lo digo. Cada vez tengo menos tiempo, ya he rebasado los cuarenta, pero tengo la fe todavía---


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