15 de octubre de 2006

Angry young men

La soledad del corredor de fondo:
La forma consumista sucede a la forma fabril de la civilización industrial: desarraigadas del idílico espacio rural, las gentes no encuentran la amistad ni en siquiera en el hogar, y la explotación en la fábrica se acompaña de la pobreza de relaciones hogareña como de su consecuencia natural. Conocemos en un largo flash-back intercalado la manera en que se ha precipitado el drama. La pobreza del hogar de asalariados lleva, a su vez, a la pérdida de cualquier horizonte moral por parte del muchacho: la prédica, en este sentido, prolonga nada más la larga hipocresía victoriana. Para el trabajador son las leyes de Malthus, pero en conciencia debe ser su bondad y afán de superación personal, para eso el Creador lo dotó de autonomía, a la hora de elegir el bien y firmar los contratos. Sin necesidad de estar convencidos acerca del significado de la mirada de Richardson, el director de la película, sobre sus mismos personajes, ¿qué libertad le corresponde a quién sólo tiene la estrecha vía del deporte? Es decir, un camino marcado genéticamente, en el que no interviene el mérito más que para aceptarlo y decir que así sea. La salida del joven protagonista será la decisión de no participar en el juego que le determinan: para el proletario la libertad formal no representa nada, pero es que no le queda otra (igual da que el gobernante pronuncie su discurso o se limite a gesticular).

No hay comentarios: