No dejo de apreciar un punto o una punta de inocencia, sin atreverme a mentar la satriana mala fe, en lo que escribe Revel acerca de la educación, en sus Memorias. Tan sagaz en la apreciación de la responsabilidad de los intelectuales, y en este ámbito no se le ve la sindéresis.
Así, por ejemplo, la confusión de lo que son quizás meros medios instrumentales, el cuerpo de los docentes, con los verdaderos ideólogos e "instrumentadores" del asunto.
Por cierto que Revel escribe a finales de los 90, y llevaba décadas fuera de la enseñanza. ¿Qué diría ahora?
[A veces los liberales son los mayores utopistas. ¿Será el idealismo regulativo kantiano un conato de salida de la ingenuidad, postergando el tercer día hasta las calendas griegas? Kant, ¿padre legítimo del liberalismo, sin los atropellos infantiloides de austracistas y fauna similar?...]
No hay comentarios:
Publicar un comentario