5 de abril de 2023


 
Una visita. El pueblo se puede considerar feo, sin mucha gracia, desangelado. O sea, sin mensaje. Es el mío. Ahora, la panorámica del valle desde el santuario es sencillamente espectacular. Para quien es capaz de amar este paisaje reseco, duro y difícil. Tonos grises y montes pelados, sólo un poco de verdor en el fondo, y la deslumbrante belleza de los almendros en flor, cuando toca. Es verdad que no se mira solamente con los ojos del cuerpo, sino sobre todo con los recuerdos del alma.

He hecho fotos, casi todas muy malas. Aunque puede que eso no sea un obstáculo. Pero tampoco tiene gracia hacer fotos con un móvil. Falta de aura, de mérito, de riesgo. 

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