19 de enero de 2019

Autopsicografía

No sé qué oro se saca de la obsesión por hacerse con el sentido de frases leídas, escuchadas, vistas. Vistas, sí. Porque al final, en el hundimiento, queda la materialidad opaca de las palabras. La carencia de sentido figurada por un muro, al fondo del abismo. Pero la conciencia... Ah, la conciencia! Esa infortunada se hace con las riendas. Cuesta, pero llega. Porque ya no hay carencia de sentido en lo escrito, en saber las cosas y ponerlas ahí enfrente, como una cosa nueva. Escritura otra de la que se dispone como si fuera un espejo gratuito para la sanación..

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