En abril del 2010, Rolin viajó hasta una remota isla del mar Blanco, la isla Solovki, atraído por su belleza, que había descubierto en unas fotos. No es éste un lugar cualquiera. A partir de 1923 había albergado el primer campo de concentración soviético, que, a diferencia de los otros, fue reivindicado inicialmente por el régimen comunista. Poseía una gran biblioteca que en 1934 llegó a tener 30.000 volúmenes. (elcafedeocata)
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23 de mayo de 2017
De la cultura y la civilización
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