13 de noviembre de 2016

No es nada retórico. Ama las frases sencillas. Conoce sus limites. Punto. Si ocasionalmente infla su elocución y la trufa hasta el empalago con voces que otorgan a su decir un aliento seco, correspondiente a mundos periclitados, de alacenas, visillos y flores muertas- si son sus textos de escribidor acarrozado y tardoyeyé, no penséis que está exento de razones..

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