No habrá nada más insistente que una mente obsesiva. Destruye vidas y quizás haciendas. Un listón muy alto siembra el camino de trampas: el perfeccionismo, los complejos de no estar a la altura, las angustias y la tentación de abandonarlo todo. Yo leo, mientras tanto, a Schumpeter.
2 comentarios:
Siempre nos quedará la destrución ...........creativa.
Enefectivamente.
Publicar un comentario