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13 de noviembre de 2016
Emesis atrabiliaria matutina referida
Posee Espénglerez su propio germen narrativo de utopía. Sus generis. Cae su caletre, sunday in the morning -nada de blues ni angry young men y/o espantajos parejos; au contraire, purísimo luminoso sol de otoño en el sureste-, da su cacumen, digo, en la idea de que cuando se inventen las pastillas definitivas de la felicidad habránse solventado al fin todas las dificultades de la paideia y la polis en el siglo XXI. Conoce ciertamente que su ocurrencia acerca del paraíso psicotrópico legal no tiene nada de original. Le satisface, empero, constatar que son sus ilustrados conciudadanos los que demandan la eudaimonía en tabletas de veinte o de cincuenta; y que desvergonzamente se enorgullecen de pertenecer a una era de necedad en la que ellos efectúan sus contribuciones con agrado. Como el automovilista en el atasco. Solo que ellos ni se quejan ni se enteran.
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