11 de octubre de 2014

José Manuel Caballero Bonald es un poeta expresivo rodeado de silencios. El silencio de la casa. El silencio propio. El silencio de los libros que callan en los anaqueles como fauces quietas. El silencio de las palabras que esparce sobre el folio y hacen poema. Y hacen prosa. Y hacen lumbre. El 11 de noviembre alcanza los 88 años, pero no acepta la vejez como emboscada ni ha hecho de la edad un retiro. Escribe con una urgencia inesperada, como a contrarreloj. Está soliviantado con el presente y de ahí, sobre todo de esa extrañeza, sale su escritura. ( A. Lucas, en El Mundo)
Me gustan los parágrafos que quizá no digan nada, nada nuevo, que son analiticos y no sinteticos, como verdades que no añaden materia al mundo. Pero las expresiones atómicas si que plantan un objeto nuevo en el mundo: los libros- tigre, agazapados. Ellos son eternos, los poseedores envejecen. Hasta aquí llega la dialéctica del amo y el esclavo.

También nos incumbe la prosa de la historia:
-De todo este paisaje político actual de España ¿qué le preocupa?
-La degradación. Estamos obligados a una regeneración moral a fondo, algo que tendría que ser materia educativa desde el parvulario. Estas corrupciones son insostenibles. Cada día despertamos con una nueva escena de rapiña. Ahora con las tarjetas opacas de los directivos de Caja Madrid y Bankia. Esta situación en que la pobreza en España aumenta de manera alarmante es insostenible. Como lo es el que cada vez sean más ricos los ricos. Este desajuste social es peligrosísimo. España es un país desajustado repentinamente cuando parecía que todo se había, más o menos, estabilizado a los 20 años de la Transición... Transición, por cierto, sobre la que tengo mis dudas...

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