15 de octubre de 2014

Biopolitica económica

El primer caso que se conoce del Ébola, según el CDC, se detectó en el antiguo Zaire, en el año 1976, donde se inició su transmisión como consecuencia de las condiciones muy poco higiénicas de los servicios hospitalarios en aquel país, con la utilización de jeringas pobremente esterilizadas. Un nuevo brote se registró en Sudán en 1979, con 34 enfermos y 22 muertos. Y más tarde, hubo uno en Zaire de nuevo. El escaso conocimiento del comportamiento y la naturaleza del virus explica que no se hayan elaborado fármacos que puedan curar la enfermedad, una situación muy común en enfermedades que se presentan con mucha mayor frecuencia en los países llamados pobres. La industria farmacéutica no presta atención a enfermedades y pacientes que no son rentables. Hay muchos casos como este. Y la bien conocida insensibilidad de los Estados de los países ricos hacia el bienestar de las poblaciones de los países llamados pobres explica la escasa atención hacia este tipo de enfermedades, al considerar erróneamente que no les afectarán. El SIDA demostró, sin embargo, el error de estos supuestos. (V. Navarro, en Público)

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