Si ya me parecía a mí que los caminos y el lugar eran algo inquietantes . El recuerdo que está clavado en el aire:
Sus primeros atracos , que ya se han descrito , fueron por los caminos de Limaria, por la carretera del Taberno y por la zona de la Ballabona, a caminantes que iban o volvían del mercado de Albox. (D. Alonso, El Carbonero. Vida y andanzas)***
En efecto, la desolación del paisaje, un clima subdesértico, y más, que asusta a cualquiera que no lo conozca, un calor que parte las piedras, los cortijos en ninguna parte o en lugares imposibles, los caminos solitarios, las amplias perspectivas que se tienen desde los cerros perdidos, todo esto debía ser buen escenario para los outlaws de la época, para andar y para ver y sin ser vistos. El Carbonero era un malvado, pero de los perdedores. Supongo que por lugares así la Guardia Civil no tendría muchas ganas de circular.
Hace falta que se escriba un gran libro sobre hechos olvidados.
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