8 de abril de 2014

Prospectivas en la oscuridad del tiempo

Debió ser a principios o mediados de los 60* cuando el profesor Robert Freedman, de la Colgate University, preparó una selección de los textos económicos de Karl Marx, inspirándose en el sano principio de que en el centro mismo del régimen de libre mercado político y económico, en los EE UU, no podían desconocerse los principales tópicos de unas ideas intelectualmente triunfantes por entonces, gobernantes en la URSS, en China y con ascendiente teórico o práctico en buena parte del mundo**. Tampoco era despreciable el hecho de que la lectura de los miles de páginas en que se iban espigando las doctrinas económicas marxistas no era forzosamente amena y convenía realizar una antología ad hoc para sus curso de economía comparada. La selección, con el título Marx on Economics, la tradujo Solé Tura en España con el título de Teoría económica. Se acompaña de una  introducción justificatoria y explicativa de Harry Schwartz que consigue el pleno... de no acertar ni una. Porque ni el imperio soviético triunfó, a pesar de sus éxitos económicos de entonces (sic), ni parece que los factores que habían corregido o matizado el capitalismo condenado por Marx cien años antes se hayan consolidado***. Bien es cierto que H. S. reconoce el carácter abierto de la historia. En cualquier caso, lo que a mi me parece es que en un tiempo determinado no debemos confiar ni en el saber de los expertos ni en las prácticas de los políticos. Con medio siglo y a veces mucho menos da la vuelta el aire de una manera radical. En apariencia.

* Miro por ahí, y si no hay error, la fecha de la primera edición norteamericana es 1961.
** Hasta Allen Dulles, director entonces de la CIA, supongo que nada sospechosa de veleidades marxistas, pedía que el comunismo se estudiara en los colleges.
***Entre las profecías no cumplidas del marxismo: al contrario de lo que predicaba la doctrina las cotas de desempleo se han mantenido relativamente bajas, con seguro de desempleo para los parados; sustitución del empresario capitalista clásico por un modelo gerencialista en donde quien tiene el poder no es el mismo que tiene la propiedad; el marxismo desestimó la importancia del nacionalismo en la vida política. Son algunos de los "errores" que menciona H. S. Ahora bien, ¿se puede seguir manteniendo, p. ej., la inexistencia de un ejército de reserva de desempleados que presiona a la baja el monto salarial?

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