20 de abril de 2014

Algunas ocasiones la emoción lírica de tipo provincial e intimista nos gana el ánimo. Brotarían lágrimas de esa fuente, si la dejáramos seguir. Pero normalmente se nos pasa, y llegamos a olvidar los versos arrebatados que luego, solidificados en la nube, resultarían ridículos.

No hay comentarios: