En el caso de que la familia tuviera rígidos principios morales, o si no abundaban en el servicio muchachitas aptas para este fin, los padres o los tíos llevaban a los adolescentes a un prostíbulo. (M. E. Vázquez, Borges. Esplendor y derrota, 1996, p. 50; subr. mío)Si encomiable es la buena voluntad, aún lo es más el sentido de la responsabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario