10 de mayo de 2013

Si es que no hay quien pueda

Curioseando me encuentro con esta noticia e imagen en La voz de A., fechada en mayo de 2012:
Gitanos de Herrerías ‘adivinan’ la quiebra de Bankia e invaden sus casas
Entresaco este párrafo, a modo de contribución investigadora personal/hemerográfica al conocimiento de los años de la burbuja y olé:
La urbanización Sequoia fue construida en 2006 con piscina incluida, en plena efervescencia del ladrillo. Pero la compañía promotora no encontró compradores y no pudo hacer frente a la hipoteca de Bancaja que posteriormente se integró con Caja Madrid convirtiéndose en Bankia, la entidad que está  ahora en el ojo del huracán financiero de toda Europa.
El sentido del traslado se comprende mejor si se mira esta otra crónica. Hay muchas Almerías, en efecto, y muchas contradicciones en un mismo sitio: urbanización lujosa, en un marco incomparable (por el deterioro y abandono del patrimonio industrial), y un poco más arriba, al lado de la iglesia de estilo centroeuropeo construida a instancias, parece, del ingeniero y arqueólogo Luis Siret, que tiene casa en el mismo núcleo de Las Herrerías, un poblado chabolista. Demos la palabra a quien firma la noticia:
Al pie de la Iglesia de Las Herrerías diseñada y construida por Luis Siret en el año 1905, el asentamiento de barracas habitadas por gitanos, unos desde hace 30 años, otros desde hace menos, de cuando los echaron de la capital, se hunde poco a poco al estar emplazado sobre una galerías de minas. El suelo de las barracas, ya de por sí inhabitables, se abre en grandes socavones que los vecinos tapan con tierra para que no caigan los chiquillos. Entre las barracas que aún quedan en pie y una urbanización a escasos metros de la zona, el trasiego es incesante. Los gitanos se mudan. 
Lo dicho, hay muchas Almerías, y mucha incuria. Cuando ayer fui a Las Herrerías creí entrar en otro mundo, para bien y para mal.

(La imagen de la iglesia está tomada de aquí.)

No hay comentarios: