2 de mayo de 2013

De ayer y hoy

(Elipsis e irreverencias) Salí en el coche. Miré en el pequeño panel informativo de la catedral, dentro. Leí que en el pavimento estaba la tumba del gran Ausías March. Patriarca literario. En el suelo, no a sino debajo de mis pies. Profanación por despiste. Me muevo un poco, leo las inscripciones.

Hoy he podido ver la cosa, el gran objeto artístico mimetizado en los charcos adyacentes. Por su piel externa y desde sus entrañas. La obra maestra, el engendro, er bisho.

Un libro sobre el fascismo juvenil en el franquismo (Prietas las filas, PUV), y el de Varcárcel sobre la ola que nos arrasó (RBA).

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