3 de septiembre de 2012

Pequeñas metáforas

Paseo a diario por aquí, por el campo, donde vivo. La mayor parte de los habitantes son ahora residentes ingleses. Autóctonos, una minoría, entre la que me cuento. La mayoría personas ya entradas en años. Se construyeron un montón de casas, en los años del boom, que casi todos nos creímos, y posiblemente yo también. Buena parte de estas viviendas están desocupadas, algunas a medio construir o bien casi listas para ser habitadas. Ubi sunt? Qué se hizo de estas ilusiones, ficciones, burbujas? Me da pereza tomar la cámara e ir fotografiando. Lo que pasa aquí sucede en cualquier sitio. Idéntica especulación ilusionante. A mí me genera melancolía. Mis padres no llegaron a conocer esto. Ubi sunt? Yo no puedo hacerlo saber más que a través de una extraña proyección. Me imagino que con mis actos tengo que darles cumplida respuesta, que me examinan por mi bien, siempre por mi bien. A mí, que no he sido un malvado pero muchas veces un inconsciente. Bien, sé que debo tomar la cámara. Dejar constancia de lo idéntico, poniéndome en lo peor: en que cualquiera pensara que no merece la pena. Y así no quedara recuerdo, memoria, nostalgia. Moriremos, todos, algún día. Pero la muerte es necesaria, mientras que el olvido es contingente. Un acto, al fin, de la libertad que renuncia. Mientras que si la libertad se afirma, ha de salir a pasear cámara en ristre.

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