13 de septiembre de 2011

Pues a mí

Pues a mí este señor siempre me pareció honrado o bienintencionado. Supongo que porque al ser metafísico su mente contenía todos los errores y quiso ser aprendiz de Ortega, para decir al final, sin decirlo, no era esto, no era esto... Será porque es del oficio más antiguo del mundo (vid. palabras de Aristóteles sobre el apetito natural por saber) y por esa razón me muetro parcial, pero a mí este señor me pareció bienintencionado... y hasta prudente, que es el mejor elogio que yo me encuentro capaz de hacer (tanto, que ni por asomo se me antoja hacérmelo a mí mismo. Yo soy guapo, nada más).

No hay comentarios: