30 de mayo de 2010

Tío La Vara

Para empezar, yo haría a los ciudadanos exámenes tipo test sobre los contenidos de las telarañas filosóficas. Hasta que (si superan la prueba) sean merecedores de redactar lo que piensan ellos mismos. Se produce, mientras tanto, la curiosa circunstancia de que los próceres del pensar libre, interpretados por estos mismos ciudadanos de esta república progresista y contumaz (no la de Platón, sino la que hay so los Pirineos), parecen unos completos memos. Como los seres felices llevan razón, en tanto que lo son y por derecho humano inalienable, habrá que que concluir que Platón, verbi gratia, era un ignorante simplón (iba a escribir otra cosa; pero no, para mí Platón es sagrado). Tentación de la fusta mayéutica, Dios mío, Bien mío.

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