25 de mayo de 2010

Shalamov

-Eso no es arte literario.
- ...
-Es sobrehumano.
- ...
-Mantener ese tono indiferente, esa manera plana de referir lo horrible. Una piedad fría, que a veces hay que adivinar de lo ausente que parece. Escribe un hombre, a pesar de todo. Hay que recordarlo. Frotarse los ojos para recordarlo. Lavarse la cara, sacarse la pereza de encima. Hay alguien, un ruso casi cualquiera, que ha sufrido como casi nadie, un muerto en vida por el dolor y por el trabajo (perso son lo mismo). Y que ha escrito... ¿cuánto?, ¿dos mil páginas de relatos sobre la facilidad del mal y la conversión de los humanos a otra cosa irreconocible?
- ...
-Para contar lo que no puedo, para expresar lo que veo en Shalamov, en lo que para mí es una obra cumbre de la literatura y la ética (los Relatos de Kolimá), me sirvo de los demostrativos, abuso innecesariamente de ellos y así me vuelvo impreciso. Alejándolos de mí, o a la materia que no terminan de nombrar: eso, ese, esa...

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