30 de abril de 2010

Trágico y ridículo, II

Hágase el milagro y hágalo el diablo, si fuera menester. O sea: que habrá que considerar que vale la pena la autoinmolación en aras de la escritura veritá. Que el cuerpo aguante (pues somos, en el fondo, de la sección positiva de Nietzsche).

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