2 de enero de 2010

La ciudad no es (para mí)

Por eso mismo: cíclicamente, el montañés tiene que bajar, a fin de comprobar el ascenso sin misericordia de la civilización pequeño-burguesa, a cuya altura él ya no puede estar, por mucho que quiera. Intenta, cuando baja, superar su nesciencia terrible. Su cosecha: dos Barthes (Diario de un duelo y El susurrro del lenguaje, ambos en Paidós), dos ediciones del Lord Chandos de Hofmannsthal (Alba y Pre-Textos), dos Sch. (El arte de saber vivir, Valdemar, El arte de insultar, Edaf), y un Gómez Pin (Descartes, La exigencia filosófica, Akal)---

Definitivamente: la escritura barthesiana, así sea tan lúgubre como en el Diario de un duelo, hace feliz a mi depresivo no saber. Aunque se trate del libro posiblemente (por la proporción relativa de letra y blanco) más caro del mundo---

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