21 de enero de 2010

Cenáculos

Quien no reconozca que de alguna manera vale la pena enloquecer por una palabra, o por la verdad de una proposición, no merece que le recibamos entre los nuestros.

Qué más nos da el mundo, bastándonos nuestra propia lógica.

"Trabajar cansa", titula Pavese. El lenguaje cansa, me vengo diciendo desde hace muchos años. Agotado.

Quise decirle: Pavese es un alma desolada, y por lo mismo de las pocas necesarias. ¿Lo querría entender?

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