Para una historia de la historia de la filosofía en España
Otro de sus problemas es que la filosofía que se hace en los años veinte —la suya está muy marcada por Simmel— y la que se va a hacer en los años setenta —neomarxista y analítica sobre todo— no se parecen en nada. Ahí no tuvo lugar. (A. Valcárcel, ibíd.)
No me resisto a recoger este párrafo de A. Cortina, que me da un poco de miedo (dado mi natural medroso, ergo poco orteguiano):
La herencia de Ortega sigue siendo estimulante. Su diseño de una razón vital, histórica y narrativa; la concepción de la ética como moralita, que es un explosivo tan potente como la dinamita, y no moralina empalagosa;
La distinción conceptual entre "moralita" y "moralina" me parece asaz útil. (La temida asociación fónica con "uralita" puede, eso sí, contagiar las categorías de "morada" y "habitar" de una cutrez insoportable.)
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